Trópico x Acapulco se ha caracterizado por ofertar una curaduría musical de calidad acompañada de sol, playa y amigos. Sin embargo, luego de que Acapulco fue azotado por Otis, el festival se vio obligado a adaptarse para ayudar a reconstruir a aquel mágico sitio que desde hace diez años ha llamado hogar.
Foto: Deja Gomez @Dejashootsraw
Así, cambiando los bikinis por chamarras pero manteniendo el amor por la música, la décima edición de Trópico x Acapulco fue mudada a Parque Bicentenario en CDMX donde todo lo recaudado sería destinado para ayudar a Guerrero.
Desde las primeras horas de la tarde, un cielo gris y espeso cubría el Bicentenario acompañado de un viento frío que helaba la piel. No obstante, decenas comenzaron a darse cita para disfrutar de los primeros actos. King Edi K fue el encargado de sonorizar el atardecer con una fusión de sonidos africanos, jazz y electrónica.
Para dar un ambiente más sensual, espacial y un poco oscuro el dúo conformado por Eva de Marce y Dan Solo, Los Eclipses, dieron una presentación llena de suavidad y misticismo. Para este punto, la gente ya esperaba por saber quién sería el acto sorpresa y fue bien recibido al revelarse que se trataba de Mosh&Mambo, quienes acompañados por una orquesta, inyectaron energía al público con clásicos como “Afroman”, “Castígame” con la aparición de Ximena Sariñana, “Nalguita”, entre otros.
Llegado el turno de Rubio, el proyecto chileno encendió la noche con luces estroboscópicas y la voz profunda de Francisca. El ambiente subía, las personas comenzaban a arremolinarse frente al escenario y la expectativa subía a cada instante; cuando Rubén apareció en un suéter amarillo, la atmósfera explotó.
Café Tacvba salió a deleitar con sus canciones de letras chuscas, cargadas de nostalgia por haber acompañado la niñez tardía o la adolescencia de quienes miraban. La gente coreó entre brincos y risas “Eres”, “Chilanga Banda”, “Volver a Comenzar”, “El Baile y el Salón” y otros éxitos.
Continuando con Hercules & Love Affair, la pista de baile comenzaba a tomar ritmos más profundos y energéticos con canciones pop, disco y house. Seguido por Dombrance, este francés regaló un set divertido acompañado de visuales animados y lleno de protesta por la situación política y ambiental de su país natal.
Caída la medianoche, Poolside fue el encargado de entretener con un dj set tropical y, aunque tuvo un par de fallas técnicas, nos puso a bailar de principio a fin. Así, había llegado el momento clímax de la noche: Underworld. El dúo británico dio lo mejor de sí obsequiando canciones llenas de júbilo; rojas hipnóticas, verdes eléctricas, multicolores y caleidoscópicas
Naturalmente, “Born Slippy” fue el track elegido para despedirse de un México que anhelaba tenerlos de vuelta y que los recibió con los brazos abiertos. Una vez concluida su presentación, muchos fueron los que le dijeron adiós a un Trópico extraordinario, algunos más decidieron continuar la fiesta hasta con Rebolledo y después Zombie Affair pero, sin importar cómo hayan elegido cerrar la noche, esta edición cumplió con ser, como siempre, una velada inolvidable.
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